23
Ago 19

Presidente Giammattei

Presidente Giammattei, estas notas las iba a publicar el 10, o el 17 de enero de 2020; pero como se pintan las cosas y dado que el período de transición entre la administración saliente y la suya es tan largo -y que algunas cosas se mueven rápido- mejor las publico ahora.

Alejandro Giammattei, presidente electo de Guatemala. La foto es de Wikimedia Commons.

Como soy mandante* y tributario me siento en la obligación moral de compartirle dos, o tres perspectivas:

Escucha el podcast aquí.

En las votaciones pasadas, los guatemaltecos nos salvamos “como gatos panza arriba”; nuestras posibilidades de construir una república sana ganaron tiempo, pero ya hemos abusado ¡tanto! de nuestra estrella que veo difícil que podamos repetir esa hazaña. Por vidita suya, no desperdicie esta oportunidad.  Estoy convencido de que su misión debe ser llevarnos con bien a la próxima elección y que para ello necesita ganar no sólo la credibilidad y la confianza de los chapines en su administración, sino en las instituciones.

Por favor, aprenda de la experiencia de su antecesor.  Cada vez que los socialistas más radicales son derrotados en las urnas, crecen más su rabia y su impaciencia.  A Jimmy Morales lo atacaron despiadadamente desde el día uno y lo acorralaron varias veces, incluso de formas muy inescrupulosas.  Sea extremadamente cuidadoso con sus patrocinadores, amigos, compadres, clientela y familia.  Hay gente que dice que usted tiene la mecha corta; no vaya a dejar que sus emociones controlen su capacidad racional; creo que es cierto aquello de que el que se enoja, pierde.

Porfa, resista la tentación de repartir privilegios. Más importante que beneficiar intereses particulares y específicos, mediante legislación y políticas públicas, haga la caridad de enfocarse en conseguir reformas a la ley electoral y al sistema de justicia, que sirvan para cimentar la república, frente al populismo, al mercantilismo y al patrimonialismo.

Por Guatemala y por los guatemaltecos más vulnerables, le deseo éxito en su administración. Usted ha esperado mucho por esta oportunidad, no la desperdicie.

*En la versión impresa de esta columna puse mandatario, por equivocación.  En realidad es como mandante.

Columna publicada en elPeriódico.


22
Ago 19

Excursión a Joyabaj II: Palo volador y morería.

No te imaginas…pero no te imaginas la ilusión que yo tenía de ver el palo volador. Desde que era niño -y no pude ver uno que hubo en el monumento a Tecún Uman- yo tenía ganas de ver aquella danza ritual.  Eso, los bailes en la plaza y la visita a la morería de doña Mercedes Melecio fueron lo mejor de nuestro segundo día en Joyabaj.

Pero antes…¡las bombas!  La música de la fiesta en la noche del miércoles 14 debe haber concluido a eso de las dos de la mañana del jueves 15;  y yo estaba dormido como tierno cuando a eso de las cuatro de la madrugada escucho uno de los bombazos más estruendosos que he oído en mi vida.  ¡Fue de una de esas bombas de fiesta!…pero no como las bombas culeras que queman en las fiestas de la ciudad de Guatemala…This was serious gunpowder!

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Me levanté inmediatamente, me vestí para salir a la plaza con el propósito de ver de cerca las bombas…y no pude salir del hotel porque la puerta estaba cerrada, de modo que me acomodé en el estacionamiento y vi las bombas desde ahí…junto a una vista hermosa de la Luna y de Orión.

La puerta del hotel la abrieron a eso de las 6:00 a.m. y Lissa y yo salimos a la Plaza que era, surrealmente, muy distinta a la que habíamos dejado en la noche.  El jueves 15 no había señas del bullicio y alboroto del día anterior, la Plaza estaba limpia y había tres grupos distintos realizando danzas en tres rincones de aquel espacio.  La única que nos identificaron bien fue la de La caxuxa.

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Por recomendación de Rachel (que llegó al ratito con Andrew y Raúl) íbamos con la intención de ver el baile de La culebra y el baile de Los compadritos; pero nadie supo orientarnos, y en ninguna hubo culebras involucradas.  De cualquier manera. La música y los danzantes llenaron la plaza con sonidos, movimientos y colores que asombran y maravillan.  Sonidos, movimientos y colores que -si no fuera por la manía de usar altavoces con exceso de watts- conectarían a los observadores con cientos y cientos de años de cultura y tradiciones.

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De cualquier manera es un espectáculo rico y hermoso, uno que sientes la dicha de estar presenciando.

Luego de pasear un rato por la plaza y de ver las tres distintas danzas, fuimos a desayunar para continuar el día con energía.  Se desayuna rico en La posada de don Guillermo. Por cierto que fui a comprar pan a unos metros del hotel y el muchacho de la panadería me regaló un pan extra. ¿Dónde te regalan pan así nomás? La gente en Joyabaj, en general, siempre fue muy amable y cariñosa con nosotros durante la visita. Al rato llegó Rosemary, nuestra guía generosa y entusiasta, y agarramos camino a la plaza donde ya estaba funcionando el palo volador y donde ya había un mundo de gente.

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El palo volador no me decepcionó.  Es fascinante como suben los danzantes y como se preparan (a por lo menos 30 metros de altura) para dejarse caer girando a una velocidad que casi que hipnotiza al observador cuidadoso.  En el contexto y todo fue un alucine el palo volador.

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El palo volador es una danza mesoamericana, que se realiza en demanda de lluvia y fertilidad de los suelos. Antes de cortar el árbol, del cual proviene el eje o palo en torno al cual giran los danzantes, se realizan ciertos rituales preparatorios, consistentes en abstinencia sexual, ayuno y libaciones. En la parte superior del palo se coloca una armazón giratoria, de cuyas esquinas se desprenden cuatro cuerdas que sirven para atar, de los pies, a los bailarines, quienes se lanzan al vacio y van descendiendo, dando vueltas alrededor del palo, engalanados con plumas y máscaras que representan aves, chalchigüis, monedas y cascabeles con ayacastles sonoros -chinchines y maracas-. El jefe de la danza, llamado “El Mico”, es el primero en subir al palo o mástil para dirigir, desde arriba, el ritual, con toda suerte de monerías. Luego lo hacen los bailarines, quienes, después de atarse la cuerda a la cintura, se dejan caer con los brazos extendidos y las piernas enlazadas a la cuerda, en un descenso circular en el que las vueltas se van ensanchando. Abajo, la danza es acompañada con el tun o teponaxtli, flautas y caracoles. Esta ceremonia se practica todavía en Chichicastenango, en Joyabaj y Cubulco, en Guatemala, y en algunos lugares del sur de México. En Joyabaj, desde lo más alto del tronco de aproximadamente  descienden dos danzantes atados a los pies con lazos, en medio del sonido de la marimba. El Popol Vuh registra el palo volador como una lucha en la que triunfa el bien sobre el mal.

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Nunca antes había visto un palo volador de verdad. Una vez vi uno de metal en la Ciudad de México; pero era para turistas y no es lo mismo. En los años setenta fue puesto un palo volador allá donde está la estatua de Tecún Uman al lado del zoológico La Aurora. Se lo usó y ahí estuvo por años. Lo veía todos los días porque por ahí pasaba el bus de mi colegio y siempre me llamaba la atención. Me impresionaba lo alto que era y me imaginaba a los voladores bajando de él, porque mi padre me había explicado para qué servía.

Haz clic en la foto para ver más fotos.

Luego de la experiencia del palo volador Rosemary nos llevó a la casa de la cofradía donde, durante los 12 meses anteriores había estado la imágen de la Virgen del tránsito (no del tráfico, ja, ja, sino del tránsito…o sea de la asunción), que es la patrona del lugar.  Fue una experiencia extraña porque el sitio se halla sobre el cementerio en el cual se encuentran las fosas comunes donde los habitantes de Joyabaj enterraron a sus vecinos que fueron víctimas del terremoto de 1976.  El pequeño salón estaba lleno de velas y de los adornos de papel y de otros materiales que sono propios de esos recintos.  Además había dos personas orando con mucha intensidad.  ¿Sabes? Sientes un ambiente muy cargado cuando estás en esos lugares.  Los hombres totalmente borrachos que se hallaban en el sitio trataron de ser atentos…pero difícilmente los conseguían.  Uno me pidió que lo adoptara y que me lo llevara a los Estados Unidos.

Luego de esa visita intensa nos dirigimos a la plaza con la intencion de entrar a la iglesia y ver la entrada de la imagen religiosa que se hallaba recorriendo las calles….y ahí…el desastre.  ¡A Andrew le robaron su teléfono móvil!  Fue un disgusto; pero además, una tragedia…¿te imaginas con 19 años, de viaje en un lugar fascinante como Joyabaj y que te roben tu móvil?  Pero, todo pasó, sin que pasara nada, como decía mi tía abuela, La Mamita. Vimos la entrada de la imágen a la iglesia, precedida por los cofrades y las señoras…todos muy dignos, todos con sus varas y sus velos, todos muy solemnes.  Y otra vez agarramos calle porque era hora de ir a la morería.

Una morería es la tienda donde los danzantes alquilan las máscaras, los trajes y los accesorios necesarias para las representaciones de las danzas-drama, o bailes rituales. Yo ya había estado en una, en la de don Esteban Suruy en San Juan Sacatepéquez; y ahora iría a conocer la de doña Mercedes Melecio.  Admiramos el trabajo de doña Mercedes, que, junto a su familia, fue muy gentil en recibirnos.  Escuchamos sus historias y aventuras de vida y empresariales.  Sus relatos acerca del enfrantamiento armado con la guerrilla son estremecedores. Nos contó como ha aprendió el oficio de la morería y cómo ha sacado adelante su tienda. Aunque no había muchos trajes, ni máscaras, porque todos estaban en uso debido a la feria, nos permitió usar sombreros y máscaras que había.  Nos mostró detalles como el hecho de que las máscaras de Joyabaj son de colores más chillantes que las máscaras de otros lugares.  Pasamos momentos muy agradables y algo aprendimos de lo que nos contaba doña Mercedes.

Luego de esa experiencia enriquecedora ya era la hora del almuerzo así que nos encaminamos a La hacienda de los Panchos donde comí una quesoburguesa riquísima…y había mariachis y… ¿vas a creer que bailé?  Rosemary y yo nos echamos un dancing al ritmo de Allá en el rancho grande.  Todos, menos Andrew a quien le habían robado su teléfono estabamos en fiesta mode.

Concluido el almuerzo fue la hora de la siesta…entonces siesta; para luego asistir a las celebraciones en la plaza que, comenzaban a las 6:00 p.m.

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Conseguimos permiso para subir a un balcón que se halla justo frente a la plaza y en el área del hotel y…decepción. Por andar especulando creí que los toritos serían quemados esa noche y en esa ocasión; pero ahí está que no los queman hasta La octava, que es una fiesta que se celebra 15 días después. Me enteré de que los toritos (los toritos más monumentales que he visto) estaban siendo retirados de la plaza y cuando vi eso me enteré de que no los vería.  Como me encantan los toritos, me desilusioné un poco, pero no tanto como para no disfrutar del nuevo alboroto.  Las marimbas orquestas estaban a todo meter y en la plaza bailaban los coheteros.  Estos son fabricantes de cohetes que bailan en circulos, alrededor de la fuente, mientras cargan bultos que representan varas de fuegos artificiales. Hombres y mujeres coheteros daban vueltas y vueltas y hacían lo que podían para llevar el ritmo, cargando sus bultos.

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¿La nota divertida? Bajo nuestro balcón estaciona un vehiculo y de él salen dos muchachos jóvenes. Abran la parte de atrás del carro y extraen un ataúd color malva y de repente…¡cataplúm! la caja se cae y había que ver las caras de los patojos y como se recriminaban unos a otros.  Claro que luego recogieron el cajón y lo entregaron donde se lo necesitaba.

El cansancio y el hambre nos llevaron al comedor del hotel para una cena y para el debriefing. Esas sesiones eran muy valiosas para intercambiar observaciones y cruzar información sobre lo que íbamos aprendiendo durante el viaje y las experiencias.  Lissa, Rachel y Andrew se retiraron a sus aposentos y Raúl y yo nos encaminamos de vuelta a la Plaza y a la fiesta.

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Como dije, en la plaza había dos marimbas orquestas: una enorme con espectáculos de luces y todo, que  atraía a la mayor cantidad de público entre ladinos e indígenas; y la otra de menor espectacularidad y su público era menos, y mayoritariamente indígena.  Si no has estado ahí, no puedes imaginar como suenan dos marimbas orquestas simultáneas, tocando con toda la cantidad de watts posibles, y en las que el saxofón es el rey.

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Pasamos un buen rato disfrutando de la fiesta y de los bailados de la gente cuando el cansancio hizo lo suyo…y nos fuimos a dormir para estar listos para la aventura del día siguiente.

Si te interesa conocer más sobre los bailes te recomiendo Memory, Mimesis, and Narrative in the K’iche’ Mayan Serpent Dance of Joyabaj, Guatemala, por Maury Hutcheson, la lectura que nos sirvió de guía para esta etapa del viaje.

En próximos días añadiré etapas de la excursión.


21
Ago 19

¡Adiós, CICIG, adios!

A sólo 14 días de la finalización de aquel experimento llamado Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, su jefe presentó su informe de cierre…en vídeo. Los funcionarios y corifeos de aquella comisión hubieran querido que su despedida fuera algo así como triunfal; pero da la impresión de que tuvo ese tufillo de alábate pato,que mañana te mato, propio de burócratas y oenegeros aplaudiéndose unos a otros.

La foto es de Facebook.

El acto se salvó porque familiares y amigos de víctimas de las malas prácticas de la CICIG se hicieron presentes y -valientemente- les reclamaron a los funcionarios por violar las garantías del debido proceso y la presunción de inocencia, o por presecusiones injustas, cuando no por la desidia y la irresponsabilidad que terminó con vidas humanas.

En fin…luego de la propaganda y de las loas, madrigales y elegías que se dedicaron unos a otros (entre la CICIG y sus fans), si te interesa tener una mejor perspectiva de lo que significó el mandato de aquella Comisión, te recomiendo tres lecturas:

CICIG y el imperio de la ley.

Francisco Valdés Paiz: en nuestro caso se cometió doble impunidad.

Carta abierta de Max Quirín a la CICIG.

O, tal vez, quieras leer una lista de chambonadas de la CICIG que fui recopilando durante algún tiempo:

Testigos obligados a mentir

Otra chorrada de la CICIG

Otro tiro por la culata para la CICIG

Mario Estrada y otra chambonada de la CICIG

La increíble y  triste historia de los fracasos de la CICIG.

Otro fiasco de la CICIG

Otro pedo inflado de la CICIG y el MP

La CICIG, como Saturno, se come a sus hijos

La CICIG otra vez en la picota

La mulada, la CICIG

Los fracasos de la CICIG y la crisis de los tributarios

¿Otra vez la chorreó la CICIG?

La CICIG y Thalia

Otra vez, y otra vez, la CICIG en entredicho

Otra vez la CICIG cuestinada, esta vez por adopciones

Las cuitas de la CICIG


21
Ago 19

“Saguaneado” en la feria de agosto

Ya sabes, cada quién cuenta de la feria según le fue en ella; y a mí me fue rebien.  Terminé saguaneado por los carritos chocones y probé bastante del menú tradicional.

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Tenía añales de no subirme a los carritos chocones; y como ya no me cuezo al primer hervor fue doblemente divertido.  Primero porque es alegre subirse a los carritos y tratar de evadir los choques, cosa que es imposible de cualquier manera.  Luego porque…¿siempre fueron así de fuertes los choques?  ¡Fue como que me apalearan! Eso sin contar que era un chiste ver a los niños brincar de sus asientos y gozarse los choques.  Seña de que uno ha madurado alguito es que uno se preocupa porque uno de esos críos salga lastimado.

Comimos elotes asados, corndogs, churros (de los tradicionales), atol de elote, dulces tradicionales y las infaltables y queridas garnachas acompañadas por cerveza.  Te recomiendo las garnachas de Gaby, dulces variados, atol de elote y los churros Velvet.  Las novedades fueron los churros mexicanos y los corndogs que no había visto en visitas anteriores a la feria.

Garnachas. Haz clic en la foto para ver más fotos.

 

Lo más tierno fue un niño que llegó vestido de dinosaurio. Causaba ternura y gracia ver al pequeño dinosaurio de la mano de sus padres jóvenes.

Con Carmina, Sebastián y Raúl disfrutamos de esta tradicional visita a la feria.  Visita que siempre esperamos con alegría.


20
Ago 19

Excursión a Joyabaj I, perdidos en el viaje de ida

Agarramos p´al monte con la intención de llegar a Joyabaj antes del medio día y de disfrutar de las festividades propias de la feria titular de aquella población.  Yo me moría de ganas de ver el palo volador y los bailes, y de pueblear, de conocer gente fascinante y de disfrutar de la buena compañia de amigos.  Mis expectativas fueron superadas con creces, aún cuando en el primer día, el miércoles 1a de agosto, nos perdimos a inmediaciones de San Martín Jilotepeque y nos llevó casi 12 horas llegar a Joyabaj, vía Santa Cruz del Quiché. Fue de locos, pero divertido a la distancia.

Palo volador en Joyabaj, Quiché. Haz clic en la foto para ver más fotos del primer día de esta excursión.

Durante el paseo no sólo visitamos Joyabaj acompañados por Rosemary; sino que también conocimos el sitio arqueológico Los cerritos de Chijoj ( a inmediaciones de Canillá). acompañados por doña Esther y don Santos. Conocimos a doña Mercedes Melecio y a su familia en la moreria de Joyabaj; y a don Antonio Jucúm y a doña Josefa, en la casa de San Simón, en Pachilip II.  Visitamos a Luis Tárano en la finca Choacorral; llegamos a un sitio de altares de cuarzo, para costumbre, lugar rodeado por un bosque lleno de musgo español o barbas de viejo.Pasamos por pequeños lugares encantadores como un puente colgante sobre el río Pixcayá, una pequeña catarata llena de flores blancas en Quebrada honda y pasamos sobre el río Motagua.

Raúl, Andrew y yo salimos a las 8:00 a.m. rumbo a San Juan Sacatepequez, con la idea de subir hacia Joyabaj via Mixco Viejo y Pachalum (un viaje estimado en 4 horas, sin prisas)…y el plan se estropeó porque al llegar a mediados de la Calzada San Juan el tráfico estaba parado. No estaba lento, sino parado.  Nos enteramos de que, adelante, un sanjuanero (piloto del transporte colectivo que va a San Juan Sacatepequez había sido asesinado). Luego de una espera prudente, y al ver que el tráfico no se movía, decidimos cambiar de ruta e ir por San Martin Jilotepeque. ¿Qué podía salir mal? Total…Raúl y yo habíamos hecho la ruta Mixco Viejo-San Martin hacía años y sin Waze. Haz clic para ver el vídeo.

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De la San Juan pasamos a la Calzada Roosevelt y de ahí llegamos a Chimaltenango y luego a San Martín, todo sin novedad.  Pasamos por el río Pixcaya y por un puente colgante pequeño y encantador.  Llegamos a San Martín y bajamos a la plaza.  Un halo solar nos dió la bienvenida. Le preguntamos a Waze y Waze nos indicó por dónde ir rumbo a Pachalum….o eso creímos.

Waze nos sacó de San Martín y nos llevó como 8 kilómetros y casi una hora por un camino de terracería bien cuidado y chulo…sólo para ir a dar ¡de nuevo! a San Martín…pero por una calle de acceso bloqueada.  Habíamos vuelto a San Martín y no podíamos entrar a la población.  Así que decidimos regresar por donde habíamos llegado, y a partir de San Martín volver a buscar la ruta a Mixco Viejo y Pachalum.  Casi una hora para volver.  De nuevo en la plaza de San Martín volvía consultar Waze y esta vez nos indicó una nueva ruta que cruzaba el río Motagua y nos llevaba en buen camino.  Volvimos a agarrar para el monte y luego de un tiempal…llegamos a un lugar donde decía: No hay paso.

Frustración.

Para entonces yo ya no confiaba en Waze y estaba muy tenso.  Una familia local (Papá, mamá, hijos y abuelita) nos pidió jalón y nos llevó hasta San Martín.  Ahí tomamos la decisión de ir por la ruta Panamericana hasta Santa Cruz del Quiché y de ahí bajar a Joyabaj.  Eso significaba que no llegaríamos antes de las 7:00 p.m., que sería viaje de horas y horas, y que posiblemente romperíamos la regla de no viajar de noche en carretera. ¿Cuáles eran las ventaja? Carretera de asfalto, camino 60% conocido y poblado.  Raúl y yo estábamos preocupados por Andrew, que, siendo extranjero estaba teniendo una mala experiencia.

Para hacer la historia corta, paramos a almorzar poco antes de Tecpán y subimos hacia Chichicastenango y Santa Cruz…cada vez más cerca del ocaso.  Pasamos por Chiché, Chinique y Zacualpa antes de arribar a Joyabaj justo cuando cayó la noche.  Y ahí…el shock. Yo nunca había visto tanto alboroto, claro que era la víspera de la fiesta y todo…pero, había un gentío impresionante, tráfico apretado pero circulando, humo de cohetes, dos marimbas orquesta tocando con toda la cantidad de watts posible, más de una pequeña marimba haciendo lo suyo…también con todos los watts posibles, una locutora dando la bienvenida y celebrando la fiesta…con quién sabe qué cantidad de watts.  En medio de todo eso había que encontrar a mis amigas Lissa y Rachel, que nos esperaban desde el medio día.  Y había que encontrar el hotel.

Honradamente no fue difícil, La posada de don Guillermo está frente a la plaza y vi a Lissa agitar los brazos con una sonrisa en medio del humo de los cohetes y de la bulla más bulliciosa que he oído en mi vida.  Cansado y tenso por el viaje, me encontré con que para entrar al estacionamiento del hotel hay que pasar por un tunel de unos 50 metros de largo y de unas 4 pulgadas más ancho que nuestro pick-up.  Fue un trabajo de equipo; pero logramos entrar sin causar daños, a pesar de que ni el tráfico vehicular, ni el paso de peatones se detenía cuando estaba haciendo maniobras.

La posada de don Guillermo no sólo está localizada convenientemente junto a la plaza, sino que tiene habitaciones cómodas en el sótano, a donde la bulla de la fiesta no llega con toda su intensidad, ni llega a ser molesta.  Eso, más camas limpias, toallas frescas y baño con agua caliente es todo lo que uno quiere y necesita…más cena, claro.  En La posada, el personal es muy atento y tiene gran sentido del humor.

Para la cena, Lissa, Rachel, Andrew, Raúl y yo nos encaminamos a La hacienda los Panchos, un restaurante que nos habían recomendado muy bien.  Ahi me cené un buen plato de carne asada que me devolvió a la vida, acompañado por cervezas que Lissa habia llevado. Y en Los Panchos, conocimos a Ana y a Rosemary que nos pusieron en autos con respecto a la fiesta en Joyabaj.  Pero, mejor aún, Rosemary se ofreció para ser nuestra guía al día siguiente ¡y que guía maravillosa sería!

Al volver a la plaza de Joyabaj ya no había el alboroto intenso; pero la plaza estaba viva. Ahí estaba -solito- el palo volador que tanta ilusión me daba y que vería, al día siguiente, en todo su espendor tradicional y festivo.  La plaza de Joyabaj es encantadora, bien cuidada, de buen gusto.  Tiene iglesia, portal, fuente y Palacio municipal, este último con reloj musical y campanadas. Haz clic para ver el vídeo.

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Te digo que me sentí muy emocionado de estar ahí.  De estar en Joyabaj, Xol, Xolabaj…el lugar entre las piedras.  Un punto de encuentro comercial que asombra, la ciudad que se levantó de sus ruinas luego del terremoto de 1976 y la que se sacudió las cenizas del enfrentamiento con la guerrilla; la que guarda las tradiciones del Palo volador y los bailes.  Donde no hay una cuadra en la que no haya comercio. La que iba a ser nuestra base en los próximos tres días de exploraciones y de experiencias entre amigos.

En próximos días añadiré etapas de la excursión.


16
Ago 19

Magallanes y un DJ en el espacio

La expedición de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano partió, de España, el 10 de agosto de 1519.  Salieron cinco navíos con 239 hombres; Magallanes murió durante el viaje y Elcano volvió con una nao y 17 personas a bordo.  Quinientos años después el astronauta, Luca Parmitano, mezclará música en la EEI y se convertirá en el primer DJ que transmitirá, desde fuera de la Tierra, para una fiesta en Ibiza.  ¿Así, o más fascinante?

Haz clic en la imagen para escuchar a Javier Esparza cuando relata la gesta de Fernando de Magallanes y de Juan Sebastian Elcano. Fernando de Magallanes, dominio púbico, via Wikimedia Commons.

Te invito a estas meditaciones luego de lo intensa que fuera la temporada electoral en Guatemala, y como pausa para agarrar fuerzas.

Desde que en Tercer grado leí las hazañas de Francisco de Orellana en el Amazonas ese tipo de aventuras siempre me han emocionado; como me emociona la exploración del espacio desde la hazaña del Apolo 11.   ¿Qué tienen en común las aventuras de Magallanes, Elcano, los del Apolo 11, Orellana y…y un astronauta DJ?

Todas, y más, sólo son posibles si adoptamos la primacía de la existencia como principio rector de nuestras vidas; es decir si entendemos que la realidad está por encima y antes de cualquier consideración y si entendemos que la razón es el instrumento que tenemos para conocer la realidad, entender sus leyes causales y usarlas.  La primacía de la existencia se opone a la de la consciencia porque esta última sostiene que lo que crea y gobierna la existencia es nuestra capacidad de percibir.  ¿A dónde hubieran llegado Magallanes, Elcano, Parmitano, Orellana y los del Apolo 11 si no hubieran partido de que la realidad existe independientemente de sus preferencias, caprichos, o deseos?

Todas aquellas, y más, son posibles si entendemos la premisa del universo benevolente, que parte de la convicción de que las ideas importan, lo que quiere decir que la verdad importa y que la mente importa.  Parte de la convicción de que, aunque los accidentes y fracasos son posibles, no son la esencia de la vida humana.

Si te interesan las aventuras de los exploradores del siglo XVI, te recomiendo La cruzada del océano, de Javier Esparza; y si te interesan temas como la primacía de la existencia y la premisa del universo benevolente, te recomiendo las obras de Ayn Rand.

Columna publicada en elPeriódico y en el CEES.


12
Ago 19

Guatemala como gato panza arriba

Salvarse como gato que cae panza arriba es librarse de un gran peligro, en el último momento; pero no por azar, sino por las propias habilidades; y Guatemala se acaba de salvar como gato panza arriba. Más bien: los guatemaltecos nos salvamos como gatos panza arriba.  ¡Perdieron la elección la Unidad Nacional de la Esperanza y Sandra Torres cuya victoria hubiera significado la concentración del poder en un sólo partido y en la Presidencia de la república! ¡Ganó la forma pacífica y civilizada de tomar una decisión importante!

Haz clic en la imagen para ver resultados.

En otras palabras los guatemaltecos esquivamos una bala….por segunda vez.

El valor del sufragio en un contexto republicano es que, como lo explica en Los fundamentos de la libertad, Friedrich A. Hayek, siempre que se estime conveniente la primacía de una opinión entre varias en conflicto -concurriendo la circunstancia de que habría de imponerse, en caso necesario, por la fuerza- resulta menos dañoso que apelar a la violencia el determinar cuál de aquellas opiniones goza del apoyo más fuerte utilizando al efecto el procedimiento e contar los que están en pro y los que están en contra. Salir a votar es uno de los mejores métodos de cambio pacífico de autoridades descubierto hasta ahora.  A pesar de la crispación que había a lo largo de todo el proceso electoral, la jornada de ayer se celebró en paz y en paz fue que los mandantes chapines decidimos quien será nuestro mandatario durante los próximos cuatro años.

Cuando escribo esta nota han sido procesadas 99.73% de las mesas electorales en las que Alejandro Giammattei obtuvo 57.9% de los votos válidos; en tanto que Sandra Torres consiguió 42.05% de los votos válidos.  Sólo hubo 5.42% de votos nulos, o en blanco.  De los votantes inscritos, 43% acudimos a las urnas.  Eso quiere decir que, por las razones que fueran, 57% de los electores no fueron a votar y delegaron en los que sí acudimos la decisión de quién será el mandatario.

La diferencia cualitativa entre el voto nulo/voto en blanco, y el acto de no ir a votar es que el voto nulo/voto en blanco es una manifestación inequívoca de voluntad, ya sea en el sentido de mantenerse neutral, o en el sentido de rechazo; en tanto que en el caso del abstencionismo la voluntad no está clara.  Por supuesto que podría interpretarse como de neutralidad, o de rechazo; pero habrá quienes no fueron a las urnas porque estaban de viaje; porque murieron; porque estaban enfermos; porque tenían que trabajar, o porque tenían otros compromisos más importantes; o por quién sabe cuántos motivos más.  Además existe el abstencionismo normal de aquellos que no participan, sin importar qué.  El caso es que, quienes no asisten a las urnas, reununcian a su facultad de elegir y dejan en manos de otros la decisión que hay que tomar.  Todo ello en paz y por la convivencia pacífica.  Parafraseando a Ludwig von Mises, citado por Hayek, ayer (y a lo largo del proceso electoral) se produjo un reajuste pacífico del gobierno, de acuerdo con la voluntad popular de los que decidimos participar en la expresión de esa voluntad, ya sea de forma activa mediante el voto, o de forma pasiva, al entregarles a otros la facultad de elegir.

¿Qué más pasó ayer? Se hizo evidente -sobre todo en la ciudad de Guatemala, pero también en otras áreas del país- que el antivoto de Torres tuvo mucho peso.  Se hizo evidente que uno, más uno, no siempre es dos, cuando se trata de comparar y contrastar los resultados de un partido en elecciones municipales y para diputados, con la elección presidencial.  Se hizo evidente que el voto clientelar potencial no es un voto confiable. Se hizo evidente que, si bien es cierto que el elector chapín es un elector principalmente conservador (desconfiado de lo revolucionario y de lo extremadamente colectivista), tampoco es del conservadurismo de los pastores, ni de los silicios, ni es fascista. Se hizo evidente que las redes sociales virtuales están tomando un protagonismo que todavía no está en el radar de muchos, en perjuicio de los medios tradicionales.  Se hizo evidente el valor que tienen las juntas receptoras de votos (que merecen una ovación de pie). Se hizo evidente que, a pesar del ambiente de crispación que se vivía, no hubo actos de violencia.

Independientemente de dirigencias y de grupos que prefieren el bloqueo, el boicot, la invasión, la toma e incluso la quema, la mayor parte de chapines preferimos llevar la fiesta en paz.  Ese mismo espíritu debe prevalecer durante el largo período de transición que recién empezó.  En ausencia de una institucionalidad sólida, los próximos 10 meses van a requerir de madurez y prudencia por parte de la administración saliente y la administración entrante.  Teniendo en cuenta ambas (y sus coros), que deben prevalecer los principios republicanos e institucionales, el largo plazo y todo el contexto posible.

Aquello incluye una investigación exahustiva y de carácter forense para aclarar qué es lo que ocurrió en el Tribunal Supremo Electoral, con su sistema informático y todo el enredo que armaron en la primera vuelta.  Deben deducirse responsabilidades en todos los niveles y deben ser expuestas las raíces de tanto despropósito.  Urge rescatar la credibilidad del TSE.  Urgen reformas a la Ley electoral y de partidos políticos que apunten a la neutralidad de esa legislación, que fortalezcan y refuerecen el rol de los mandantes, que establezca distritos electorales pequeños y que desactive el carácter monopólico de los partidos (tanto de los que sobrevivan a la necesaria depuración que se viene, como de los que surgan cuando se asiente el polvo).

Como consecuencia de aquella depuración, habrá que estár atentos a los nuevos acomodos en el Congreso de la república.  Los roles del Tribunal Supremo Electoral y del Ministerio Público van a ser claves para aquella limpia y para aquellos reacomodos; y el valor a defender, en este contexto, van a ser el de la justicia y el de la república. Eso sí, los procesos políticos deben permanecer en el ámbito de lo político y no trasladarse al campo de lo judicial.

A la nueva administración, la de Alejandro Giammattei, le deseo éxitos.  Le recomiendo ejercer la virtud de la prudencia que es consecuencia del habito de identificar las experiencias, de razonar en contacto con la realidad sin evadirla y de regular las acciones elegidas con el propósito de florecer.  Los guatemaltecos no merecemos menos.

Entrada publicada en Centranews.


11
Ago 19

¡Voté por la división del poder!

Vengo de votar por la división del poder, contra la concentración del poder.

El segundo centro de votaciones que visité estaba concurrido; aunque me dió la impresión de que no tanto como en la primera vuelta; lo que es normal.  En el primer centro que visité, sin embargo, la ausencia de votantes era notoria.  ¡No vaya a ser que perdamos Guatemala por incuria!  Yo digo que no hay que confiarse; hay que salir a votar y animar a otros a que salgan a votar.

Te comparto enlaces a tres artículos que he escrito sobre la división del poder que, a mi juicio, es el valor que hay que defender hoy en las urnas:

¿Qué sabemos del poder?

La batalla de Guatemala

Agosto, Augusto y Sandra Torres

 


10
Ago 19

Una por la libertad de expresión

En Guatemala, en América Latina y en todo el mundo la libertad de expresión está siendo atacada por diferentes vías; en esta conversación con Mario Noya -periodista y editor de Opinión en Libertad Digital– exploramos el tema.

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Mario explica que aunque estamos viviendo el esplendor de las sociedades abiertas y los medios para expresarte libremente están al alcance de cualquiera, también es cierto que muchas personas piden que se les permita expresarse con plena libertad; pero que el de enfrente, el que te molesta, esté amordazado y, además, les piden a las autoridades que intervengan para ello.

Observó que, las redes sociales -que son tan beneficionsas para tanto- se convierten en enemigas de la libertad cuando se convierten en elementos de distorsión para acallar.  Lo más desafiante de las sociedades libres es aprender a vivir con el que te incomoda, aprender a gestionar la incomodidad, no tener que ir amordazando al enemigo.  A veces el objetivo es achicharrar a la persona, y alguien que se pone en el foco de la opinión pública puede acabar achicharrado porque la presión es brutal, de parte de mucha gente, en un período muy corto.

Tenemos un problema tremendo con la corrección política, que es un hombre de paja.

Al referirse  a los limites de la libertad de expresión, Noya opinó que tienen mucho que ver con el contexto y que tienen que ser las mínimas, muy relacionadas con amenazas inminentes y muy creíbles de violencia.  Tiene que primar la libertad de expresión, que no es para escuchar al que te agrada, sino para el que te va a soltar la cosa más desagradable del mundo; pero tiene derecho a decirlo y nadie tiene derecho a callarlo. Eso cuesta muchísimo de afrontar; porque el ser humano, cuando oye decir algo que considera que es una aberración, si no se opone a ello, casi que entiende que está claudicando frente al mal y dispone que hay que callarlo.  Hay que saber cuándo es que hay un peligro y ser realista.

En ese sentido, Arturo Pérez-Reverete recién expuso que vivimos entre montones de inquisiciones. Y este puritanismo espantoso. Nunca he sentido mi libertad personal tan amenazada como en los últimos 10 años. La estupidez es una mala compañera de viaje de la libertad.

Mario Noya, explica que la lucha por la libertad consiste en exponer y denunciar al farsante para que todo mundo sepa que es un farsante; pero no en amordazarlo; y Pérez-Reverte añade que el malo es suficientemente inteligente para darte la libertad que sabe que necesitas. El estúpido te las niega todas. Primero nos mandaron los ricos, luego los resentidos y ahora los estúpidos.

Recién, también, Manuel Llamas, Redactor jefe de Economía en Libertad Digital, se refirió al tema en los siguientes términos: Aquí están los puritanos de izquierdas, mojigatos del siglo XXI, censurando letras y canciones, como los curas y las monjas en la época de Franco. Corren malos tiempos para la libertad. Los ofendiditos de los políticamente correcto.

Comparto aquellas perspectivas de Mario Noya, Manuel Llamas y Arturo Pérez-Reverte.  Como ex editor de Opinión, como columnista y blorguero, pero sobre todo como liberal clásico, se me hace cuesta arriba (como no imposible) estar de acuerdo con que se censure la opinión de alguien, por repulsiva que esta me parezca.  ¿Con excepciones? Si, las mencionadas por Noya: que sean disparadoras inminentes y creíbles de violencia, de terrorismo, por ejemplo; y las contextuales.

Como el ejercicio de la libertad implica la responsabilidad, por supuesto que me parece que la injuria, la calumnia y la difamación deben tener consecuencias jurídicas, pero las opiniones de esa naturaleza no deben ser objeto de amordazamiento.

Fui editor de Opinión durante algún tiempo y me hubiera sentido muy, pero muy disgustado si el Director del diario, o el Consejo editorial me hubieran pedido amordazar a alguien sólo porque sus opiniones eran basura, ya fuera objetivamente, o desde la perspectiva si el Director, o el Consejo editorial.

Por cierto que Friedrich A. Hayek explica, acertadamente,  que siendo la libertad un estado de cosas en el que hay ausencia de coacción arbitraria -o sea un estado de cosas en el que las personas pueden actuar de acuerdo con sus mejores juicios posibles- lo que conocemos como libertades (como la libertad de expresión), en realidad son privilegios específicos.

Esta perspectiva es importante porque cuando se viola la libertad de expresión para no ofender sensibilidades, se anula el estado de libertad.

Lo anterior, por supuesto, no invalida el derecho -incuestionable- que tiene el propietario a decidir quiénes pueden usar sus recursos y quienes no.  Siempre que esté dispuesto a responsabilizarse de las consecuencias intencionadas, y no intencionadas de su decisión.


09
Ago 19

La batalla de Guatemala

Durante la II Guerra mundial se conoció como La batalla de Inglaterra al conjunto de combates aéreos librados en el cielo inglés y sobre el canal de La mancha, cuando la Alemania nacionalsocialista buscaba destruir la RAF para invadir la Gran Bretaña.  Estoy convencido de que, aquí y ahora, libramos La batalla de Guatemala contra la concentración del poder y contra las peores formas de colectivismo y de autoritarismo.

¡Vamos a votar el domingo!

Antes he escrito que las tensiones institucionales que vivimos -y que a ratos parecen poner en peligro la república- no tienen soluciones estrictamente jurídicas; la falta de pesos y contrapesos es un ejemplo de aquellas tensiones. Si se han de desfacer aquellos entuertos, eso ha de ser por medio de acuerdos políticos, del tipo de aquellos que ocupan por lo menos un capítulo en las páginas de los libros de historia.  Aquello no va a ser posible si el mismo partido controla la mayoría de las municipalidades, un tercio del Congreso, el Organismo judicial y la Corte de Constitucionalidad, para luego hacerse con la Presidencia este domingo que viene.

¿Dónde vas a estar es día, cuando se luche La batalla de Guatemala?  Claro que asumir la responsabilidad de votar puede causar temor, porque es angustiante tener que elegir, y es angustiante responder por las consecuencias de las decisiones propias.  Empero, ¿cuál es la opción? Ser inocente, y por lo tanto impotente.  La neutralidad, pues, no es una opción; porque ya sabes, los lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en tiempos de crisis moral; y porque ya sabes, las respuestas dadas por la ética determinan cómo es que debemos tratar a otras personas, y eso determina la cuarta rama de la filosofía, que es la política, misma que define los principios de un sistema social adecuado.

Este domingo, ¿pelearás La batalla de Guatemala? ¿Desperdiciarás un derecho que anhelan millones de personas que –en su momento– permanecieron neutrales en tiempos de crisis moral?

Columna publicada en elPeriódico y en el CEES.