13
Abr 09

Son pocos, pobres y chingan…

Ahora que veo los anuncios que explican que el 80% de lo que producen las mineras se queda en Guatemala; y que comparo eso con el acoso que sufren esas empresas.  Y ahora que corre el rumor de que una importante empresa petrolera y gasolinera está por irse de Guatemala, y lo comparo con el tema de Petrocaribe, me acordé de algo que dijo el gerente de un gigante transnacional antes de sacar sus operaciones de Guatemala hace unos pocos años: Ustedes son pocos, pobres y chingan
El personaje se referían a lo pequeño del mercado guatemalteco, al poco poder adquisitivo que hay aquí y a los altos costos de transacción -legales e ilegales- que caracterizan esta plaza.  
Más que enojarnos, la expresión de aquel alto ejecutivo debería ponernos a pensar; sobre todo ahora que hay una crisis, y que las crisis pueden convertirse en oportunidades, o hacerse más profundas.

Digg!


07
Nov 08

Xalalá, un llamado de atención

Odebrecht, una firma brasileña que había expresado interés en la construcción de la hidroeléctrica Xalalá, no participará porque “no encontraron suficiente apoyo gubernamental para enfrentar la oposición comunitaria en contra de la central”. 

La empresa sudamericana tuvo la gentileza de expresar sus razones en una carta; pero las otras ocho compañías que habían comprado las bases, ni siquiera se molestaron en presentarse al acto de apertura de las ofertas.  Y no los critico por eso.

Lo que está ocurriendo con Xalalá debe ser un llamado de atención que los gurús de la promoción de inversiones y la burocracia encargada de ese tema no deben ignorar.  El alcahueteo de las dirigencias indigenista y ecohistérica está empezando a tener efectos en los inversionistas potenciales, que ya se dieron cuenta de que seguramente no vale la pena emprender en un país donde un puñado de revoltosos puede poner en jaque a la autoridad (inexistente) y donde los tribunales de justicia son un circo de marionetas cuyos hilos se mueven por motivos políticos.

Mientras tanto, cada día que se atrasa la construcción de más fuentes de energía eléctrica, es un día en el que nos acercamos a los apagones y a las escaseces que ya vivimos en los años 90.

Alberto Cohen, presidente del Instituto Nacional de Electrificación ha salido con una de esas ideas que lo dejan a uno papo.  El funcionario dijo que ahora hay dos caminos: volver a licitar, o buscar que el Fondo Monetario Internacional, o el Banco Mundial se hagan cargo.  Esto es, ignorar la raíz del problema; o bien, que se hagan cargo unos a los que la plata no les cuesta y que, por lo tanto, podrían no tener empacho alguno en hacer este tipo de inversión altamente riesgosa.

En cuanto al mismo tema, Julio Estrada, director del Programa Nacional de Competitividad, contó algo que tampoco hay que dejar pasar por alto: “Hay empresas como Enel, que entran hasta cuatro años antes a la comunidad”, o sea que, en plena crisis financiera internacional,  se espera que una empresa gasta cuatro años de sometimiento a chantajes, antes de que pueda empezar su proyecto. 

Lo cierto es que entrar a la comunidad quiere decir perder tiempo y recursos humanos y económicos en reuniones aburridas y desgastantes, en pagar campo y uniformes para el fútbol, financiar los caprichos de las dirigencias locales, humillarse, aguantar necedades, y quién sabe qué más.

Sin seguridad jurídica y mientras se alcahuetee al jacobinismo, este tipo de proyectos no va a avanzar de forma sana.  Yo digo que estamos viendo la tempestad y a nadie se le ha ocurrido persingnarse.


29
Ago 08

Una lección dura

Ahora que leo que hubo inversionistas privados que perdieron plata por haber hecho inversiones en la empresa Mecado de Futuros, S.A -y lamentando mucho que eso haya sucedido- se me ocurre repetir una lección básica e importante que los chapines no hemos aprendido ni con la experiencia de repetidos casos similares: Mientras más alta es la tasa de interés que ofrece un captador de inversiones; mayor es la posibilidad de riesgo que sufren esas inversiones.

Esto es porque quienes ofrecen inversiones más seguras no tienen necesidad de incentivar con tasas altas a los inversionistas potenciales. La tasa alta es, además y de alguna manera, una compensación por el riesgo eventual de las inversiones.

Esto ha sido así siempre y en todo lugar; y por eso es que es raro que la gente no escarmiente, luego de experiencias como Autocasa y muchas otras. Tanto las inversiones riesgosas, como las inversiones más seguras tienen sus funciones y propósitos particulares; pero es de personas responsables saber reconocerlas y una forma fácil de empezar a hacerlo es por la tasa que ofrecen.


19
Ago 08

La mano derecha, y la mano izquierda

¿Hay un adagio que dice: que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda? Yo creo que la administración socialdemócrata chapina anda en esas.

Por un lado vemos a Alvaro Colom en el II Foro sobre Competitividad de las Américas “exortando a los empresarios a invertir en el país”; y por otro lado lo vemos minando a la Empresa Eléctrica de Guatemala, que es propiedad de la multinacional Unión Fenosa.

He aquí vomo veo las cosas:

Para el establecimiento de las tarifas por energía eléctrica hay un procedimiento (PDF). Según ese procedimiento y a grandes rasgos, los distribuidores proponen tarifas y la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (cuyo actual presidente es Carlos Colom), le hace observaciones a dicha propusta. Si ambas partes no se ponen de acuerdo, entre los dos nombran el equivalente de un tribunal de arbitraje.

En algún momento, la CNEE “supo” por dónde iba la propuesta de la EEGSA y publicó tarifas de valor agregado de distribución sin que se siguiera el procedimiento citado arriba.

La EEGSA reaccionó solicitando un amparo porque la Comisión había publicado el VAD sin estar facultada para ello; y una jueza le concedió el amparo provisional. Sin embargo, a las 6 horas, la jueza enmendó su resolución y en un acto que los gringos llamarían flip flop, cambió su decisión y desamparó a la Empresa Eléctrica. Las malas lenguas dicen que fue por presiones políticas. Pero vaya usted a saber.

La EEGSA estuvo legítimamente amparada durante 6 horas, lapso que la CNEE aprovechó para publicar tarifas en abierta violación a la ley. Por este acto, digo yo, la Empresa podría proceder penalmente contra la Comisión, si tuviera las agallas y si fuera respaldada por el gobierno español, dada la nacionalidad de Unión Fenosa. Y eso está por verse.

Algunos analistas tienen la hipótesis de que el apretón contra la EEGSA es una estrategia de la administración socialdemócrata para empezar a nacionalizar la distribución de energía eléctrica; y a mí, esa hipótesis no me parece descarada. La producción de un VAD habiendo eludido el procedimiento legal; y la publicación de tarifas mientras está vigente un amparo judicial, son decisiones de naturaleza política que nada tienen que ver con la cuestión de si aquel VAD es técnico, o no. Yo creo que la conexión Colom (en la CNEE y en el Ejecutivo), tomó la decisión política de pasarse la ley por el Arco del Triunfo y emprenderla contra la EEGSA.

El acto tendría la apariencia superficial de un asunto técnico; y en apariencia, el estrangulamiento de la EEGSA no sería una nacionalización que es tan mal vista en todas partes (excepto en la Venezuela de Chávez, o en ambientes como los de Ortega en Nicaragua, Correa en Ecuador, o Morales en Bolivia). Un acto como aquel obligaría al cierre de operaciones de la Empresa Eléctrica y ¿quién saldría al rescate? La administración Colom. Técnicamente no sería una nacionalización, sino un rescate. Pero un análisis detallado y no ideológico, mostraría que sí lo es.

Por eso es irónico que el Presidente chapín ande promoviendo inversiones en foros internacionales, cuando aquí, en casa, su administración maquina esquemas para apoderarse políticamente de inversiones ajenas.


27
May 08

I´m a train, I´m a train, I´m a tricky train

El presidente socialdemócrata, Alvaro Colom, informó que se respetará la concesión del usufructo a Ferrovías para la operación del tren, y que su intención es solventar el diferendo actual. Durante la administración de Oscar Berger fue declarado lesivo un contrato por el equipo ferroviario. Ante esto, Ferrovías, operada por la empresa Railroad Develpment Corporation, demandó al Estado en un arbitraje internacional y pidió US$65 millones.

Mucho se comenta sobre este caso: que RDC no salpicó donde debería, que la empresa contribuyó a la campaña de Colom y que la administración nunca cumplió con desalojar las vías. Lo bueno, sin embargo, es que una de las últimas cosas que Guatemala necesita ahora es enviar el mensaje de que no es un lugar seguro para las inversiones. Hubiera sido muy mala seña que la administración se echara atrás con esta concesión, ya que los inversionistas internacionales hubieran entendido, con claridad, que aqui, la espada de Damocles de la arbitrariedad pende sobre toda actividad.


10
Jul 07

Un trato, ¿es un trato?

Como cuenta mi amigo Luis Ernesto: Unión Fenosa se queja de que la administración nunca cumplió con el aporte que le correspondía para un fideicomiso para la ampliación de las líneas eléctricas en el interior del país. Y un contrato es un contrato, aunque talvez en Guatemala, no.

A los comerciantes de la 6a. Avenida de la zona 1 (los formales que tienen locales) Tu Muni los obligó a quitar los rótulos que tenían sobre aquella arteria (bajo el concepto de Centro Histórico); y a cambio el ayuntamiento se comprometió a quitar a los vendedores informales de las banquetas (que de hecho tapan a los locales formales). El resultado: fuera rótulos y quedan los informales…

Ahora la víctima es el ferrocarril, según esta historia publicada por el Los Angeles Times:

The Pittsburgh millionaire who spent $15 million to revive Guatemala’s once-defunct railroad said Monday that the freight trains would stop rolling Oct. 1.

His company, Railroad Development Corp., is locked in a legal battle with the Central American nation’s government, which Posner said has made it impossible to keep operating the money-losing service.

“Enough is enough,” Posner said. “It’s clear that at every level of Guatemalan society there is, at best, a lack of respect and, at worst, an outright hostility to everything that we have been trying to accomplish.”

Posner said the company would continue running trains to the end of September to meet previous commitments to freight customers.

The company will also press ahead, he said, with a legal action seeking $65 million in compensation from the government for allegedly damaging its business. Guatemalan officials did not respond to a request for comment.

Posner, 51, was the subject of a Times profile last month that chronicled his efforts to restore rail service to Guatemala, whose national railroad ceased functioning in 1996.

Posner’s railroad firm in 1998 won a 50-year concession to get the freight trains rolling again. It reopened a 200-mile stretch of track running from the capital of Guatemala City to the Atlantic port of Puerto Barrios, a feat hailed by train buffs but which never turned a profit.

Posner has made a career out of salvaging troubled railways in far-flung parts of the globe, including Malawi, Mozambique and Estonia.

But Guatemala has proved a tougher haul than any of them. Scrap metal thieves routinely plunder the tracks. Thousands of squatters have taken up residence in the right of way. Washouts ravage the rails during the rainy season.

But Posner said his biggest stumbling block in Guatemala had been the government. He claims that it failed to honor its agreement to contribute $3 million for track improvement and to evict squatters from the most potentially profitable lines.

When the company pressured the government to live up to its end of the bargain, Posner said, it retaliated with a rare and powerful legal maneuver to repossess its locomotives and rail cars.
That 2006 action is still tied up in court. But Posner said the threat alone scared off customers, sending his firm into a downward spiral.

In its suit against Guatemala, the company is invoking an investor protection clause in the Central American Free Trade Agreement, which includes the U.S. and Guatemala.

That pact forbids governments from expropriating assets of foreign investors. The railroad firm filed a claim in Washington last month before a special international dispute panel. A decision could take two years.

Posner said he finally concluded that nine years of spinning his wheels in Guatemala was enough.

“We can’t succeed in a country that doesn’t want us there,” Posner said.
Some say Guatemala might end up the real loser.

“The implications for foreign investors are not good,” said Carlisle Johnson, a political analyst and host of a popular radio program called “Good Morning Guatemala.” “Who is going to come in after this fiasco?”

marla.dickerson@latimes.com