El Museo del Juguete, en Retalhuleu, todavía es una ilusión; pero es una gran ilusión y es algo ejemplar. El complejo fantástico constará de 18 salones, cada uno adaptado y cargado con una temática especial de las series animadas, películas de cine y televisión, carritos y hasta de leyendas de Guatemala, todo con una inversión aproximada de Q40 millones.
Es ejemplar que alguien persiga sus sueños; y no está de más que esos sueños contrtibuyan directamente al solaz y esparcimiento de otras personas. ¡Dichosos aquellos que con sus gustos y aficiones pueden hacer felices a otros! Por eso es que a mí me gusta guiar tours por la ciudad para extranjeros. Me gusta hacerlos felices compartiendo con ellos la historia y los lugares que a mí me hacen feliz.
El museo del juguete, o más bien…el propietario de ese proyecto tiene otra virtud: A pesar de que su sueño podría ser de interés colectivo, no está buscando hacerlo con dinero ajeno tomado por la fuerza. No está usando la influencia política para obtener dinero de los tributarios. No está usando la fuerza, sino la persuasión para conseguir su objetivo. Está tratando de convencer a inversionistas y a banqueros para que lo apoyen en su emprendimiento. La suya es una iniciativa virtuosa.
Chapeau!