No olvidemos la reforma electoral

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¿Cómo pudiéramos subrayar el hecho de que la reforma electoral es más que urgente? Esto es porque dicha reforma está íntimamente relacionada con el procedimiento para elegir a quienes les entregamos el poder; y el poder tiene que ver con la facultad de imponer mandatos.  El poder tiene que ver con el gobierno y ya sabes lo que dijo George Washington acerca de eso: El gobierno no es una razón, tampoco es elocuencia, es fuerza. Opera como el fuego; es un sirviente peligroso y un amo temible.

Por eso es importante meditar bien y aprobar buenas reformas a la ley electoral.  Actualmente se discute una nueva propuesta; una que plantea la votación nominal para diputados.  Los mandantes deberíamos tener la posibilidad (y atender la necesidad) de conocer por quiénes votamos exactamente.  Esto facilitaría la vinculación entre el mandante y el mandatario, propia de una república sana.

Otro de los puntos importantes de la reforma es la creación de distritos electorales pequeños.  Esta propuesta también busca acercar a los mandantes y a los mandatarios de modo que la responsabilidad y la accountability de estos últimos sea más inmediata.

Es una lástima que se conserven los listados nacionales.  Tradicionalmente, esos espacios han servido para llevar al congreso a dirigentes nacionales de los partidos, sin liderazgo alguno; y a financistas y otros patrocinadores igualmente irrelevantes para los mandantes.

Desde 1985 los mal llamados partidos políticos han demostrado que no son más que maquinarias o roscas, diseñadas para conseguirles el boleto electoral a sus propietarios. Lejos están de ser las plataformas ideológicas y programáticas que sirven de intermediarios entre mandantes y mandatarios, como los describen los libros.  Por eso es bueno que los comités cívicos puedan competir con ellos en materia de la presentación de candidatos a diputados distritales.

No soy fan de la multiplicación de juntas electorales porque recuerdo –de los años 70– historias de cómo se hacían los fraudes en las juntas remotas.  Como se huye de la plaga, las reformas deberían huir de las cuotas.

¿Qué sabes de la reforma electoral?

Columna publicada en elPeriódico.

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