31
Dic 12

Espectáculo de fuego y cadenas


Alegre lucía la Sexta Avenida el sábado por la noche. Las familias pasean y salen a cenar, y disfrutan de los distintos espectáculos que ofrecen algunos chicos que salen a ganarse unos pesos.

Las luces de Gallo le dan un aspecto hermoso y festivo a la calle; y la gente puede relajarse y pasar buenos momentos.

Claro que ahora es muy distinto; pero a mí, estos paseos siempre me van a recordar mi niñez y mi adolescencia en aquella vía. Si era con mi padre, los paseos siempre incluían pasar por el los almacenes Marlin, Biener, y Max Tott. Si era con mi madre, o mis abuelas, los paseos siempre incluían El Cairo, El Gan Emir, Mi amigo, tal vez La Perla. Y las paradas para tomar energía eran en el Café París, el Hotel Panamerican, la pizzería Bologna, o las pastelerías Bohemia, Jensen, o Lutecia.

Por eso me gusta mucho cuando me encuentro a las familias paseando por ahí, y veo como es que los niños se gozan las luces y lo que comen. Supongo que, algún día, ellos también tendrán recuerdos buenos y entrañables de estas experiencias.


30
Dic 12

Fiesta en la Concha acústica


De lo que te perdiste por no andar anoche por la Concha acústica del Parque centenario en el Centro histórico. Hubo musicón y la gente bailaba contenta.

Mi abuela contaba que en los años 40 la banda marcial solía tocar música ahí los domingos; y que cuando ella pasaba por esas área, con mi padre, a él le gustaba mucho cuando la banda tocaba La gazza ladra, de Rossini.

Ahora la gente llega a bailar, a divertirse y a pasar un buen rato. Por cierto que el festival navideño que se celebra en esa área y en la Plaza de la Constitución es un paseo muy agradable al anochecer. El mismo es patrocinado por Coca-Cola, Claro y Samsung.


29
Dic 12

La Luna, el volcán y “Casta diva”


Salgo a mi balcón y entre la niebla espesa que viene del Norte se ven la Luna plena y galana, y el Volcán de Agua.   Y me dan ganas de escuchar Casta Diva, con María Callas, grabada en 1961 el año en el que nací.


28
Dic 12

Centranorte y Cayalá, paseos para meditar

¿Has ido a Centranorte y a Cayalá? En este fin de año anduve por esos espacios y me dieron mucho en qué pensar. La primera es la central de transbordo de buses extraurbanos que vienen del Norte y del Oriente, a buses urbanos; y el segundo es un paseo con viviendas, restaurantes, comercios, entretenimiento y oficinas.

¿Qué tienen en común ambos? Que son funcionales y hermosos. Que son pensados para las personas, para que estén cómodas, para que la pasen bien. Son espacios que toman en cuenta la dignidad de los usuarios. ¿Y, adivina qué? Ninguno fue hecho por el sector público (que es el sector coercitivo de la sociedad). Y se nota.

Centranorte crea un flujo de personas que es práctico y funcional, es seguro, limpio, bien iluminado y bien ventilado. Cayalá te envuelve en alimentos para todos los cinco sentidos. Ambos tienen la belleza de lo que es perfecto para su propósito.

Se nota que el sector coercitivo no estuvo involucrado en estos proyectos. Esto es porque cuando el sector público hace cosas, lo que hace es el Parque La Democracia, un proyecto inconcluso con el cual se debe haber enriquecido más de uno. Hace el Aeropuerto La Aurora, que es un chapuz con el cual debe haber hecho su casa en la playa más de uno. Hace el Palacio de la Cultura, que es un museo sin algo que exhibir. Hace El Amate, que es alcahuetería para la piratería

Centranorte y Cayalá son propiedades privadas de uso público, en las cuales la gente encuentra calidad de vida, bienes y servicios. Me llamó la atención, por ejemplo, que en Centranorte los pilotos de autobuses tienen espacios para descansar, alimentarse, recibir atención médica, y atender sus unidades. Espacios que no solo cuidan la dignidad de los usuarios de los servicios que prestan, sino la de los que prestan los servicios. ¿Le encuentro un defecto a Centranorte? Este es el hecho de que al Transurbano –un negocio mercantilista entre autobuseros y funcionarios de la administración de los Colom/Espada– le fue dado el monopolio del transporte a la ciudad.

Cuando puedas, date una vuelta por Centranorte y por Cayalá con los ojos abiertos, con ganas de maravillarte. Piensa y sueña en lo que podría ser Guatemala si los chapines no tuvieran que cargar con el lastre de un sector público carroñero.

Columna publicada en El Periódico.


28
Dic 12

Daños graves al templo de El Gran Jaguar

Durante la celebración del Oxlajuj Bak´tun el Templo I de Tikal, comocido como El Gran Jaguar, sufrió daños graves en sus crestería.

Según fuentes confiables, durante la madrugada de aquella conmemoración, decenas de visitantes subieron por las escalinatas del monumento y arremetieron contra las rocas que conforman el edificio. En la siguiente fotografía pueden observarse los daños.

Tristemente, además de destrozar la cresta del Templo I, infiltrados que se hicieron pasar por sacerdotes mayas hicieron pintas en la superficie de la fachada.

¡Por inocente!

Gracias a Guate 360 por la idea y la foto.

 


26
Dic 12

Lo mejor del pavo es lo que viene después

Hoy me tocó la tarea de descarnar el pavo de la Nochebuena.  En realidad, para mí el pavo es sólo un pretexto para lo que viene después:  El relleno;  los sandwichs de carne de pavo, relleno y gravy; los sandwichs de ensalada de pavo; y el caldo de huevos.

Verás.  En casa cenamos el pavo en la Nochebuena, pero aún le queda bastante carne adherida y queda relleno.  El día 25 comemos sandwichs con trozos de pechuga y carne oscura acompañados por toques de relleno y el gravy que a mí me gusta sazonarlo con Jerez.  El día 26 comemos sandwichs con ensalada de pavo.  Así era la costumbre en casa de mis padres.  Mis favoritos, sin embargo,  son los emparedados con pan de cebolla y con una rodaja de queso cheddar ahumado; esa es una combinación que aprendí en la Students Coop de la Universtity of Maryland.  Pero lo mejor viene unos días después: el caldo de huevos que hacemos con los huesos del pavo, al estilo de mi bisabuela Mami.  Sazonado con apazote, crema de tomate, queso paremesano y crema.

El pavo no tiene desperdicio.


25
Dic 12

Tamales, mi desayuno navideño tradicional

Mi desayuno tradicional de la Navidad es un tamal colorado y uno negro, acompañados con buen café y dulces y pasteles de la temporada.  ¡No es cuento; pero que gozo siento cuando abro las hojas de maxán y me encuentro con los colores brillantes de estas delicias de la cocina guatemalteca!  Al mismo tiempo, los aromas intensos de ambos tamales invaden mi cuerpo y mi mente y me llevan por una montaña rusa de recuerdos y alegrías.  El momento culminante  es cuando la masa gentil y el recado poderoso llegan a mi paladar.

Tengo la dicha de recordar los tamales de mi bisabuela, Mami; y los de mi tia Baby.  Y los de mi tía abuela, La mamita,  nos hacía tamales pequeños para los niños.  Cuando eramos chicos no dejaban que comiéramos la carne de cerdo que venía en los tamales comprados; y una noche, cuando me sirvieron mi tamal, retiré la carne.  Mi madre, al verme me dijo que podía comer esa carne porque esos tamales eran hechos por mi bisabuela.  Y los tamalitos de La Mamita, los recuerdo pequeños, como de 2 x 2 pulgadas, bien doblados y bien amarrados.

Los tamales de Navidad, en Guatemala, son colorados y negros.  Cada región y cada familia tienen su propia receta de tamales; pero básicamente son de masa maíz y/o de arroz y el recado se prepara con tomates, chiles y aceitunas (aveces con semillas tostadas, como pepitoria y ajonjolì) y, en el caso de los negros, con chocolate. Estos últimos son los más delicados de hacer para que sean bien balanceados. También pueden ser de cerdo, pavo, pato, y pollo.  Aunque a mí me gustan más los de cerdo.  En ciertas regiones -especialmente en la Costa Sur- no se usa el recado del altiplano, sino una especie de mole.

Los tamales tienen raices precolombinas, y fueron elevados a la décima potencia cuando se le añadieron ingrediente de Occidente. Del Nuevo Mundo son el maíz, los tomates, los chiles, y las hojas de maxán en las que son envueltos.  Los tamales negros, además, llevan chocolate. Del Viejo Mundo son las aceitunas, las alcaparras y las almendras.

La gracia de los tamales no está sólo en la masa y en el recado, sino en la forma de envolverlos y amarrarlos.   Son una experiencia para todos los sentido.  Un tamal que no ha sido envuelto y amarrado elegante y apropiadamente pierde algo de su encanto.  A mí, por cierto, me gustan más grandes que pequeños, y me gusta que la masa no sea muy espesa.

Hacer tamales es algo muy elaborado.    Hay que lavar y asar las hojas.  La masa tiene su propia ciencia y es cocida tres veces de tres formas distintas.  El recado lleva varios ingredientes que hay que asar y sazonar con mucho talento.  Aaaaaaah, un día de estos haré aunque sea media docena de tamales.

Desde mediados de los años 80, en casa comemos los de doña Estelita de Alburéz que son basados en  la receta de su madre enSan Martín Jilotepeque (en el altiplano), de modo que sus tamales son distintos a los de la Costa Sur y a los de Oriente, por ejemplo.  El teléfono de doña Estelita  es 2474-0260-


25
Dic 12

La Navidad intensa chapina

La celebración de la Navidad es muy intensa en Guatemala; y uno de los momentos más impresionantes es la cohetería de la media noche.

Durante toda la Nochebuena el cielo de la ciudad de Guatemala se ilumina con fuegos artificiales; pero a eso de las 11:45 p.m. se multiplican los juegos pirotécnicos que alcanzan su mayor luminosidad, variedad y belleza entre las 00.00 y las 00:30 a.m. del día de Navidad.

Aparte de los chinos y los guatemaltecos, ¿existen otros pueblos que quemen tanta pólvora?  Aquí no sólo se queman cohetes y fuegos artificiales en la Nochebuena, se queman al medio día de la Navidad y a las 6:00 p.m. de ese día.  Haz clic aquí y verás los juegos pirotécnicos del atardecer de Navidad, con el Volcán de Agua de fondo.

Así se vieron los festejos desde mi balcón.


24
Dic 12

¡Llegó la temporada de tamales!

Ayer, a primera hora, fui a por mis tamales para la temporada navideña!  Me gustan de maíz, colorados y negros, y de cerdo.  Los tamales de la Navidad son especiales en Guatemala y son la cena típica de la Nochebuena.  Los míos por cierto, me gusta comerlos en el desayuno del 25 acompañados de buen café y de dulces y pasteles propios de la fiesta.

Los de doña Estelita de Alburéz son la receta de su madre y su familia es de San Martín Jilotepeque (en el altiplano), de modo que sus tamales son distintos a los de la Costa Sur y a los de Oriente, por ejemplo.  Y para mí son los mejores tamales de todo el universo mundo.  Hace un par de años me colé en la cocina de doña Estelita para ver cómo elaboraban estas maravillas chapinas y tomé unas fotos que siempre me gozo.

El teléfono de doña Estelita, por cierto, es 2474-0260.


23
Dic 12

Hoy estuve cerca de gozarme un subanik

El subanik es uno de mis platos chapines favoritos.  Propio de San Martín Jilotepeque es una delicia digna de maravillarse.  Su recado se parece mucho al de los tamales, y se prepara con tres carnes: pollo, chompipe y cerdo.  Lo más impresionante es cómo se arreglan las hojas de maxán en las que se cuece y la trenza de zibak con la que se amarran las hoyas y se cuece en un apaste de barro. El subanik es un plato reservado para grandes ocasiones.

Hoy, que fui a por mis tamales, tuve la dicha de que doña Estelita de Alburéz (que hace el mejor subanik del universo mundo) me obsequiara algo de  recado.  Al llegar a casa hicimos arroz y al recado le añadimos pollo.