28
Sep 12

“Curiosidad: fuente de las virtudes”

Curiosidad: fuente de las virtudes es el nombre de la escultura que será develada mañana en el Paseo Cayalá.  Su autor es el maestro Walter Peter Brenner y la sola mención de ese nombre nos anuncia que no se trata de cualquier bodoque.  Las obras de Walter elevan el espíritu humano por medio de la belleza de las ideas y de los ideales, así como de las formas.

No te  adelanto mucho; pero detrás de la escultura hay una historia: Eran tres almas puras, eran tres amigos, era una niña y dos niños que decidieron realizar una increíble aventura, una de curiosidad que los llevaría a descubrir mundos nunca pensados por ellos antes, en sus mentes tan jóvenes e inocentes; mundos de conocimiento, mundos de sabiduría, mundos de nuevas culturas que los ayudarían a encontrar la eterna felicidad, fuente de los deseos más puros de la humanidad. Fue esa curiosidad la que los llevó a tomar prestado un antiquísimo pergamino que la abuela del niño pequeño escondía en el tapanco. Y así inicia esta gran aventura…

La aventura que disfrutaremos, a partir de mañana, celebra esa maravilla que es la curiosidad de los niños; curiosidad que los lleva a querer conocer la razón de las cosas y los secretos de la vida.

Walter Peter Brenner y sus mecenas nos acaban de obsequiar Propósito: el arquero, que se halla en Cardales; obra monumental que celebra la vida y los valores que nos permiten vivir plenamente y buscar la felicidad.  No hay nada corrompido, feo, ni violento en las esculturas de Walter; esas cosas no son para él, ni para su musa doña Mafer, ni para quienes compartimos su valoración de lo que es bueno, lo que es bello y lo que es pacífico.

Walter también es autor del Hombre tecnológico que se halla en el Campus tecnológico, en la zona 4; y de Atlas libertas, que está en la Universidad Francisco Marroquín, solo para mencionar 2 de sus otras obras más fáciles de visitar y apreciar.  Walter hace esculturas “para lo mejor que hay en ti.”

He tenido la dicha de ver, algo de cerca y a ratos, el proceso de escultura de la obra que será develada mañana, tanto en el estudio del artista como en la cantera donde trabaja la piedra; y como se dice en mi pueblo: Esto es solo la punta del “aisberg”.  Casi no puedo esperar a ver todo el conjunto terminado.

Columna publicada en El Periódico.


28
Sep 12

¡Pastel de Luna para el desayuno!

Ayer desayuné pastel de Luna. Es una costumbre china que, en otoño y en celebración del Festival Zongquiu o Festival de la Luna, sean elaboradas estas delicias. Los pasteles de Luna son densos y pesados comparados con los pasteles occidentales tradicionales; y suelen estar decorados con caracteres que aluden a la felicidad, la longevidad y otros buenos deseos, acompañados por imágenes de flores y conejos entre otros.

A mi me gustaron desde la primera vez que los probé, seguramente allá por finales de los años 90, gracias a mis amigos de Taiwán; y desde entonces siempre estoy pendiente de que salgan a la venta a mediados de septiembre. En Guatemala los venden en el restaurante Lai Lai.  Los hay sin huevo y con huevo.  Los primeros no serán ajenos al gusto occidental y de hecho pueden recordar algunos dulces tradicionales chapines hechos con camote; pero los segundos sí son un gusto adquirido que, a quienes nos fascina la comida oriental, nos parece encantador.

Los rellenos varían; pero usualmente son pastas de flor de loto, de frijoles dulces, o de alguna combinación de nueces y semillas.