24
Abr 12

¿Quiénes tienen credibilidad en Guatemala?

¡Otra vez! Al leer los resultados de la Encuesta Libre, nos enteramos de que los guatemaltecos confían en las organizaciones religiosas que en cualesquiera otras de las incluidas en el reportaje.  Sigue sin sorprenderme por qué  es que estamos como estamos.  ¿A ti sí?

Resulta que 65 % de los encuestados le atribuye mucha credibilidad a las iglesias evangélicas; y 62% de ellos le atribuye mucha crecibilidad a la iglesia católica. (Frente a 66 y 60% respectivamente, en 2011).

Lo que nos dice la encuesta es que los chapines le atribuyen mucha credibilidad a organizaciones que promueven el misticismo.  Y, ¿qué es el misticismo? Es la aceptación de ciertas afirmaciones sin evidencias, ni pruebas; e incluso ¡contra! las evidencias de los sentidos y la razón.  Ayn Rand explica que el mistiscmo acude a medios de conocimiento no sensoriales, no racionales, no definibles y no identificables; tales como los instintos, la intuición y la revelación.

Sólo en tres períodos de la Historia de la humanidad no ha prevalecido el misticismo en la cultura:  en la Grecia antigua, en el Renacimiento y en el siglo XIX.  No es extraño, entonces, que estos tres períodos hayan sido ambientes extraordinarios para el desarrollo del progreso en todos los campos intelectuales y tiempos de gran libertad política.  No es extraño que los períodos de misticismo hayan sido -y sean- todo lo contrario.

Datos interesantes de la Encuesta Libre son cosas como que los medios de comunicación tienen menos credibilidad que los maestros, y más que el Ejército; o que el Ejército tiene más crecibilidad que los organismos internacionales, y que los líderes comunitarios, que los sindicalistas; y que los empresarios tienen más credibilidad que los sindicalistas.

Cuando la gente dice que los maestros tienen credibilidad, ¿se referirán a los maestros individualmente, y como mentores, o a los maestros como grupo de presión?

¿Quienes tienen el peor nivel de credibilidad?  Los partidos políticos con sólo 11% y los sindicatos con sólo 17%.  ¿Sorpresa? No.  ¿Qué credibilidad tiene la Presidencia de la República? 47%; bastante más del miserable 15% que tenía Alvaro Santa Clos Colom.

Con respecto al año pasado, los medios de comunicación subieron de 53 a 59%, aunque el año pasado estaban segmentados en prensa escrita y medios electrónicos.  El Tribunal Supremo Electoral subió de 29 a 35%. Lastimosa e injustamente los empresarios bajaron del 34 al 29%.  ¿Eso será como consecuencia de la propaganda anti-empresarial? ¿Será que la gente no distingue entre el empresaurio y el mercantilisa, frente al empresario y el emprendedor? ¿Será que la gente no distingue entre el empresaurio buscador de rentas parasitarias y el emprendedor  creador de riqueza y empleo?

Los organismos internacionales bajaron de 40 a 35%.  ¿Será que la gente ya se dió cuenta de la influencia nefasta de muchos de ellos? La gente, ¿verá más claro que, en muchos casos,  estos actúan como procónsules, más que como amigos?


24
Abr 12

Querella por conspiración en caso Gerardi

Juan Francisco Escobar Blas, testigo en el asesinato de Juan José Gerardi presentó una querella contra 15 personas a quienes se señala de ocultar información de las pesquisas por la muerte del Obispo.  Según Escobar los querellados forman parte de un cuerpo ilegal y aparato clandestino de seguridad que conspiró para manipular los hechos sucedidos a partir de la noche del 26 de abril de 1998 y producir las declaraciones de un indigente que cambió ocho veces su versión.

Asegura, Escobar, que los activistas señalados ingresaron ilegalmente a la escena del crímen y luego de apuntalar la conspiración compraron, amenazaron y entrenaron a personas para que fueran testigos protegidos del caso.

La hipótesis del coronel Escobar es que después de 14 años todavía no se conoce quien asesinó a Gerardi porque ni al Ministerio Público ni a la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala les interesa que se sepa la verdad.

Si te interesa este tema, te recomiendo Quién mató al obispo, por Maite Rico y Bertrand de la Grange.