25
Nov 11

¿De qué te vas a privar para pagar tu parte de la deuda?

Es muy atinado que la noticia acerca de que la calidad crediticia de Portugal fue reducida a la categoría de bono basura; haya sido publicada, en Guatemala, el mismo día en que nos enteramos de que el endeudamiento estatal de los guatemaltecos sigue sin frenos y que los chapines deberemos Q92 mil 242 millones a finales de 2012.

Según el presidente electo, Otto Pérez M. esa es una cifra manejable; cosa que -seguramente- también habrán dicho los funcionarios portugueses hace unos años…y los españoles…los griegos…y los italianos que se encuentran en situaciones similares.

Guatemala, por cierto, ya se ha visto en la necesidad de contraer deudas para pagar deudas, cosa que no es sino una señal de alarma con respecto a la irresponsabilidad con la que son manejadas las finanzas públicas; en las que la corrupción; la mala administración y el desperdicio; y el uso del dinero de los tributarios para satisfacer los intereses específicos de quienes tienen el privilegio de vivir del presupuesto del estado  nos están llevando por el camino al que llegó Portugal.  ¿Cómo está eso, por ejemplo, de que en la readecuación presupuestaria hay Q540 millones sin un destino específico, asignados al Ministerio de Comunicaciones?

De paso, no es verdad que el endeudamiento del país siga sin freno, o que Guatemala deberá aquellos Q92 mil millones.  Al final del día, y lo puro cierto, es que tú, como cada uno de los chapines, tendremos que pagar Q6,068 de la deuda en 2011.  ¿Ya estás listo?  ¿Ya pensaste de qué te vas a privar para pagar tu parte de la deuda en la que te han metido?


25
Nov 11

Celebración del Día de Gracias…y torito


Este año, El Torito le dió un toque especial a la celebración del Día de Gracias en casa.  Como en otras ocasiones, amigos y familia nos juntamos a festejar los frutos del trabajo y a divertirnos como micos.  El torito estaba programado para mi cumpleaños; pero como llovió intensamente toda esa noche hubo que diferirlo y esta fue una ocasión propicia; ya que le dió un toque inusual y alegría extra a la fiesta.

Y el pavo, ¡ah, el pavo!…el pavo salió magnífico.  Hermoso, dorado, jugoso, suave, lleno de aromas y sabores.  En casa hemos perfecionado muchísimo el relleno que es mi parte favorita.

A mí me gusta celebrar el Thanksgiving Day porque, ¿a quién no le gusta una comilona epicúrea con la familia y con amigos queridos? Pero, además, aprecio muchísimo su significado profundo. El Día de Gracias, festeja el exito de la libertad, del individualismo, de la propiedad privada.

Antes de que el gobernador William Bradford y los pilgrims abandonaran el colectivismo, no tenían más que escasez y hambre. Pero una vez que optaron por que cada quién fuera responsable de sus siembras y de sus necesidades; y una vez que optaron por un sistema que proveyera los incentivos necesarios para mejorar la productividad y evitar la hambruna, las cosas cambiaron. El colectivismo fue sustituido por la cooperación social y el hambre fue sustituido por la abundancia.

¿Cómo no tener respeto por una celebración así? Este festejo de la vida y de la productividad contrasta con el tipo de cosas que celebramos en otras culturas. Por ejemplo, aquí le damos prioridad al Día de todos los santos (que están todos muertos). Y eso, seguramente, dice mucho de nosotros.

La abundancia, la alegría y el optimismo que caracterizan al Día de Gracias, junto a la compañía de amigos viejos, y amigos nuevos, hacen que esta fiesta sea una de mis favoritas.

¿Y El Torito?

De todos los fuegos artificiales que he visto mi favorito es El Torito. Oí por primera vez de él cuando era niño y mi tía abuela La Mamita me contaba de los festejos populares de cuando ella era niña, a principios del síglo XX.

Cuando ella llegaba a la parte del torito, y de cómo se dejaba ir entre la gente mientras disparaba cohetes y luces, yo me emocionaba mucho. Pero no fue hasta la adolecencia que vi uno en persona. Y desde entonces no me resisto a ver toritos, aunque me correteen.

Por cierto que el de anoche nos lo hubimos en la cohetería Kalimán de la 2a. avenida 20-40, zona 1; teléfono 5709 0997.  Duró un montón y tenía luces variadas y de colores.  Luces que salían disparadas y que daban vueltas.  ¡Un verdadero torito, como debe ser!  Y todos aplaudimos y gozamos mucho de este espectáculo chapín.

Aunque en la primera foto soy quien lleva puesto al torito, en realidad fue un experto quien lo quemó y quien lo hizo bailar.  Yo sólo posé.

Las fotos son por Así es la vida.


25
Nov 11

¿Zar contra las drogas?

Otto Pérez, el presidente electo, propuso una especie de zar contra las drogas . Y la pregunta de cajón es si el nombramiento de una especie de zar contra las drogas”, ¿implicará que los guatemaltecos seremos metidos, de cabeza, en la guerra perdida contra las drogas? La propuesta, por cierto, se la hizo a Douglas Fraser, jefe del Comando Sur de los Estados Unidos de América.

En 2006, y con apoyo popular, el presidente Calderón metió a los mexicanos de lleno en aquella guerra. Y entre 40,000 y 50,000 muertos más tarde la gente está desencantada con los resultados de la ofensiva. Rubén Aguilar, ex director de comunicaciones del Presidente, se manifestó a favor de la legalización, como una forma de reducir la delincuencia y la violencia vinculada con los carteles.

Hace poco, J.M. Santos, presidente de Colombia, expresó que el narco sigue alimentando la violencia y que está abierto a discutir la legalización.  A veces sentimos que el mundo está pedaleando en una bicicleta estática. Seguimos luchando contra las drogas; pero las drogas continúan fluyendo, dijo Santos.

En los Estados Unidos, el candidato presidencial, Ron Paul, se refirió a la guerra contra las drogas como un fracaso, reconoció que de ahí es de donde procede la violencia, y dijo que debería ser cancelada.

Si esta guerra tuviera sentido, lo primero que hubiera sido eliminado –y de raíz– serían las fuentes de financiamiento del narco, que son los consumidores. Pero eso es impensable, ¿verdad?

Hace unos días el ayuntamiento de Copenhague aprobó una propuesta piloto que retira las multas al consumo de marihuana y establece puntos de venta legales. Y que conste, eso sí, que no apruebo, ni recomiendo el uso de estupefacientes; pero entiendo los argumentos de Aguilar, Santos y Paul.

Los chapines no nos hemos recuperado de los horrores del enfrentamiento armado que comenzó en 1960. Conscientes de ello y de las experiencias de otros países vale la pena meditar: Supongamos que el ejército chapín ganara la guerra contra las drogas, como no lo han podido hacer los mexicanos y los colombianos, ¿quiénes serán los perseguidos por los abusos que se cometan durante esta guerra? ¿Cuántos muertos estamos dispuestos a poner en esta guerra? ¿Más, o menos que los que están poniendo los mexicanos? ¿Más, o menos que los que hubo en el enfrentamiento armado interno?

Columna publicada en El Periódico. Si te interesa el tema mira esta entrevista (en inglés) con Juan Carlos Hidalgo, del Cato Institute; y lee Traffiking Networks and the Mexican Drug War, por Melissa Dell.