Un cura de Quetzaltenango instó a sus feligreses a que les exijan a las nuevas autoridades a cumplir sus ofrecimientos. Y cuando Candido leyó eso, me dijo: ¡Ya papo! ¿No es que dicen por ay que hay que tener cuidado con lo que uno pide, porque no vaya a ser que se le cumpla?
Cándido le dio una mordida a su conserva de coco y añadió: Mire que hay promesas de promesas; yo diría que aquellos que ofrecieron subir impuestos y castigar más a los pocos que pagamos tributos, mejor no habría que recordarles su disparate.
Y Cándido tiene razón. Digo que es mejor que los políticos socialistas no cumplan sus promesas y es mejor que los políticos mercantilistas no cumplan sus promesas. De hecho, sería mejor que los políticos colectivistas (de todos los colores) y los políticos populistas se dedicaran a hacer nada. Niente.