Hoy me sorprendió la noticia de que, en Dinamarca, una candidata llegó al poder con la promesa de subir impuestos y elevar el gasto público, precisamente en momentos en los que otros paíse de Europa, y los Estados Unidos de América (que es la economía más rica de todo el universo mundo) están en problemas financieros precisamente por haber estado haciendo lo que promete la nueva primera minstra.
Y ahora que leo la noticia, con detenimiento, me entero de que la mayoría de los votantes depende de los beneficios del Estado. “En Dinamarca hay cuatro millones de personas que pueden votar, de las cuales dos millones se beneficia del Estado”. Si los políticos aumentan los impuestos para incrementar el paternalismo y el estado de bienestar, entonces la mitad de los votantes tiene un incentivo para escoger a los partidos que siguen esas políticas. Claro, ¿cómo iba a ser de otra forma? El estado peternalista y el clientelismo crían votantes dependientes; y a esos votantes dependientes no les gustan ni los recortes en el presupuesto, ni que se reduzcan las fuentes de financiamiento para sus reclamos. Aunque para ello tengan que expoliar a otros.
Otro detalle importante para entender las dimensiones de esta noticia es que se supone que el nuevo gobierno es de izquierda y que desplaza a los gobiernos de centro-derecha que han gobernado al país de Hamlet durante los últimos 10 años. Empero, ¿qué es izquierda y qué es derecha? Ambos conceptos necesitan ser muy bien contextualizados para ser entendidos con mediana claridad porque carecen de contenido propio. En ciertos contextos el nacionalsocialismo es de derecha y el socialismo real es de izquierda; pero en otros ambos son de izquierda porque ambos son colectivistas. En ciertos contextos los conservadores que defendían el régimen marxista-leninista de Gorbachov eran de derecha; en tanto que los liberales que querían acabar con el sistema soviético eran de izquierda.
¿Qué pasa, entonces, en Dinamarca? Aquel es es uno de los estados de bienestar más modernos y desarrollados del mundo y el sistema es apoyado por todos los partidos políticos que tienen la intención de preservarlo. Derecha, o izquierda, en aquel contexto, quiere decir menos socialista, o más socialista. Menos gastón, o más gastón. Con 10 años de gobiernos derechistas el país tiene un déficit del sector público equivalente a 42% del Producto Interno Bruto. En aquel contexto, ni derecha quiere decir individualismo (y por lo tanto ninguna intervención estatal en la esfera de acción privada de las personas), ni izquierda quiere decir colectivismo (y por lo tanto intervención estatal en la esfera de acción privada de las personas).
Lo relevante ahora, con esta experiencia de los daneses, no es que vayan a tratar de resolver sus problemas financieros (causados por el estado de bienestar del que están muy orgullosos) con más impuestos y más gasto a pesar de que eso va contra lo que aconseja la ciencia económica; sino el resultado que esa política va a tener. Uno de los países más ricos de Europa y quizás el país más pacífico del mundo está por darnos una lección y ojalá que se cumplan los deseos de los votantes y de los beneficiarios del estado de bienestar. Así podremos ver otra vez, por si fuera necesario, cómo es que no se deben hacer las cosas. A ver si para cuando enfrenten las consecuencias de sus decisiones, y todo esté podrido en Dinamarca, todavía quede alguien para rescatar a los daneses.