Dominique Mamberti, secretario de la Santa Sede para la Relación con los Estados aseguró que no puede haber una separación de la iglesia y la política. Esto no debe sorprendernos porque en Caritas in veritate, Joseph Ratzinger, su jefe, escribió que para gobernar la economía mundial…urge la presencia de una verdadera “autoridad política mundial”. Salgamos a conquistar el mundo, le dijo Cerebro a Pinky; y Pinky dijo: ¡Sí, establezcamos un gobierno mundial! Está claro lo que quieren Ratzinger y Mamberti; pero…sólo por explorar…¿no puede haber una separación de la iglesia que ellos dirigen y la política; o de las iglesias y la política?
Adicionalmnete, ¿qué es lo que pasa cuando la iglesia no está separada de la política? He aquí un ejemplo: En Berlín, el Tribunal Constitucional alemán emitió una resolución que impedirá que los comercios minoristas le abran sus puertas al público durante los cuatro domingos de Adviento. Tanto las iglesias católica y evangélica, de Alemania, consiguieron este fallo porque, según ellos, los domingos son fundamentalmente jornadas de descanso y de recogimiento espiritual.
Pero esto es nada cuando tomamos en cuenta lo que la iglesia puede hacer cuando de verdad tiene influencia en la política y en el poder:
La destrucción de los códices mayas
Estos, sólo para citar unos. Sería divertido si se tratara de una caricatura…pero Ratzinger y Mamberti…they mean it.