18
Mar 11

Los muertos, ¿son una pequeña retribución?

El 24 de enero de 2006, ocho soldados guatemaltecos fueron torturados y decapitados durante una emboscada en el Congo.  Esos muchachos estaban allá, enviados por la administración de Oscar Berger, para participar en una misión de la Organización de las Naciones Unidas.  La misión, por cierto, fue calificada de oscura*

Ayer, Alvaro San Nicolás Colom dijo que la participación de soldados guatemaltecos en misiones de la ONU son una pequeña retribución de todo lo que ha recibido el país de ese organismo.

Y yo pregunto: ¿Qué pensarán las familias de los jovenes guatemaltecos que fueron asesinados en el Congo?  ¿Pensarán que la suya fue una pequeña retribución? ¡Sólo las mentalidades colectivistas pueden pensar como piensa San Nicolás!

*Prensa Libre, 29 de enero de 2006


18
Mar 11

¿Reforma fiscal, o alza de impuestos?

Otto Pérez Molina, precandidato presidencial del Partido Patriota, aseguró que la reforma fiscal es impostargable; cosa que tiene sentido sí, y sólo sí, por reforma fiscal se entiende detener el asalto al Presupuesto del estado y a los bolsillos de los tributarios.  No si sólo quiere decir elevar, o multiplicar los impuestos.

El candidato del PP -¡y cualquier otro candidato!- debe estar advertido de que ninguna supuesta reforma fiscal es admisible si primero los políticos y funcionarios en el poder no cumplen con:

1. Eliminar todos los programas que significan privilegios y tranferencias de recursos a grupos de interés particulares.

2. Una mejora sustancial y perceptible de la administración pública para evitar el desperdicio y la mala administración.

4. Una erradicación perceptible de la corrupción y de los abusos.

Una vez saneado el costo de tener gobierno, entonces se puede entrar a discutir si los ingresos de la Administración son suficientes, o no; y si es necesario que los tributarios sean castigados con más impuestos.

En todo caso, si vamos a admitir que es necesario pagar el costo de tener gobierno, los impuestos deben tener ciertas características para ser lo menos destructivos posibles:

a. Los impuestos deben ser neutros, o sea que no deben crear ventajas, ni desventajas para las personas que se dedican a una u otra actividad social.

b. Los impuestos debe ser simples, o sea que toda la población debe entender qué es, por qué lo está pagando y cómo lo debe pagar.

c. Los impuestos deben ser eficientes a largo plazo, o sea que no debe obstaculizar la formación de capital para no sabotear las oportunidades de progreso ni promover el estancamiento y el debilitamiento de la economía.

d. Los impuestos deben ser limitados;  porque  aumentarlos, no necesariamente implica que van a aumentar los ingresos fiscales.

Una supuesta reforma fiscal que no tome en cuenta estos elementos, no es más que otro esquema de expoliación y debe ser rechazado, de plano, por los tributarios sobre quienes pesa el costo de mantener programas de transferencia de recursos, programas de desperdicio y de mala administración, y programas que fomentan la corrupción; además de un sistema tributario que asfixia la prosperidad.

El mismo mensaje, por cierto, va para Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, que vino a presionar por más impuestos, sin prestar atención al mal uso que se les da a los recursos que los políticos extraen de los tributarios y a la responsabilidad que aquellos tienen frente a los que son expoliados.

Mi fuente favorita para estas meditaciones es Fritz Thomas. IVA, Impuesto sobre el valor agregado y otras consideraciones a los impuestos. CIEN, Guatemala, 1983. Este es un librito altamente recomendable para comprender la naturaleza de los impuestos y sus efectos.


18
Mar 11

Atlas, la película

Como un niño en la proximidad de su cumpleaños, así estoy en espera del estreno de Atlas Shrugged part 1, la película basada en la novela homónima por Ayn Rand, este 15 de abril próximo.

Atlas Shrugged ha influido en mi vida desde que mi abuela me regaló la novela. En mi adolescencia me enseñó el valor de la razón y el de la consistencia. Me enseñó la importancia de no sacrificarle el mundo a los peores. Me enseñó que el estado natural del hombre es una postura erguida, una mente intransigente y un paso vivaz capaz de recorrer caminos ilimitados. ¡Y ahora podremos ver la película!

Esta es una película muy esperada porque la obra en la que se basa es extraordinaria. Allá por 1991, The Book-of-the-Month Club hizo una encuesta y de ella resultó que el libro que más había influido en los lectores que participaron, después de La Biblia, había sido Atlas Shrugged. En el contexto de la crisis económica mundial, el libro estuvo en los primeros lugares de venta, en Amazon.com, debido a que estaban –y están– ocurriendo cosas y situaciones descritas en la novela.

En el capítulo VIII, de la tercera parte de la novela, se menciona a Guatemala. “La República Popular de Guatemala” –escribían los periódicos el 26 de enero– “rechaza el pedido de los Estados Unidos de un préstamo de mil toneladas de acero”, escribió Rand.

El libro y la peli son thrillers que relatan la decadencia de Occidente como consecuencia del excesivo intervencionismo de los políticos colectivistas y los saqueadores que los patrocinan y/o que son su clientela. Los políticos colectivistas, por supuesto, piensan que toda actividad económica debe estar regulada y sometida a impuestos elevados. Por otro lado, los no-saqueadores son emprendedores, dirigentes políticos y sindicalistas, empresarios e intelectuales que piensan que la solución para la decadencia está en todo lo contrario. Entre los empresarios, científicos e intelectuales surge un movimiento de protesta que se expresa en una huelga acompañada de sabotajes y desapariciones misteriosas… y no cuento más, para no estropeársela a quienes no la han visto.

La peli es controversial porque Atlas Shrugged es una obra monumental y compleja difícil de llevar a la pantalla; y hay muchas expectativas alrededor de ella. En el sitio Web de la peli, en www.atlasshruggedpart1.com hay una escena que me tiene convencido de que los cineastas sí lograron captar la filosofía y la estética de Rand. Y el casting es perfecto.

Esta columna fue publicada en El Periódico.