¡De esmoquin y a La Scala!

1. Cuando yo tenía unos 13 años, para una Navidad, mis hermanos y yo entramos a la sala; y alrededor del Nacimiento y del árbol navideño vimos nuestros regalos y empezamos a abrirlos. Mis padres observaban desde un rincón y nosotros no notábamos nada raro. En eso mi papá me preguntó: “¿No viste atrás?” Y como no lo había hecho contesté que no y volví la cabeza; sólo para encontrarme con la increíble sorpresa de que allí había una motobicicleta con una gran moña roja.

Ahora imagínese el reguero de adrenalina y cómo me daba de vueltas la cabeza.

Por esos años leí que en Milán había un indigente cuyo sueño era asistir a una presentación en La Scala. Un revista lo bañó, le puso esmoquin y lo mandó a la opera en limosina. Pues así mismo, como se debe haber sentido aquel indigente y como me sentí cuando vi la bicimoto, fue que me sentí cuando recibí la invitación para asistir al Mont Pelerin Society General Meeting 2006.

Sin bulla y en privado, el mismo se celebró aquí en Guatemala, y coincidió con el año en que se celebran los 35 años de la Universidad Francisco Marroquín, que actuó como anfitriona.

Usted dirá que qué le pasa a este que se emociona así con un encuentro de economistas, filósofos, historiadores, periodistas y otros. ¡Pero no es cualquier encuentro! Es uno que sigue los pasos de Aristóteles, Smith, Locke, Hume, Ortega y Gasset, Alberdi, Rand, Mises, Hayek y Friedman, entre otros íconos de la civilización occidental.

Es caminar ese sendero en compañía de David Kelley, Leonard Liggio, Thomas Hazlett, David Friedman, Carlos Sabino, Alberto Benegas Lynch (h), James Tooley, Michael Novak, Carroll de Rodríguez, Dwight Lee, Bruce Benson, Andrew Morris, Roberto Blum, Mary O´Grady, Richard Epstein, Charles Baird, Tom Palmer, David Schmidtz, Manuel F. Ayau, Giancarlo Ibárgüen, Ed Crane, Roberto Salinas, Karen Horn y José María Aznar entre muchos otros.

La MPS fue establecida después de la Segunda Guerra Mundial como iniciativa de F.A. Hayek. Parte de la idea de que los valores fundamentales de la civilización están en peligro; pero el grupo no busca crear una ortodoxia, ni formar un partido, o hacer propaganda. Su objetivo es facilitar el intercambio de ideas entre personas que comparten los mismos principios, propios de una sociedad de personas libres, así como estudiar los resultados, las virtudes y los defectos de los sistemas de mercado.

La Sociedad tiene unos 500 miembros en más de 40 países. Entre aquellos, se encuentran varios intelectuales que han recibido el Premio Nobel, como James M. Buchanan y Vernon L. Smith que, por cierto, también son doctores honoríficos de la UFM. Para Guatemala es un honor que Manuel F. Ayau, rector emeritus de esa casa de estudios, presidiera la MPS de 1978 a 1980.

¿Qué confirmé durante mi experiencia en la MPS? Pues que sin Estado de Derecho son imposibles el desarrollo y el bienestar. Que lo que es correcto es más importante que lo que funciona. Que no debemos esperar a que nuestra vida, o nuestra honra estén en peligro, para defender la libertad. Que las personas que son grandes intelectualmente, son las más generosas y magnánimas. ¡Todo eso y mucho más! Ahora ya me quité el esmoquin, y estoy de vuelta en la vida normal.

2. Y hablando de vida normal, ¿qué le pareció a usted eso de los diputados viajeros? ¿Usted cree que fueron engañados, o que iban con conocimiento de causa? Si fueron engañados, ¿de dónde pudo haber venido el engaño? ¿Cuántos diputados viajan de esa forma, durante una legislatura? Si esto ocurre cuándo “los buenos” están a cargo, ¿habrá forma de que no ocurra, y punto?

3. Mojito patriótico en tierra cubana. El inspector de la escuela le pregunta a Pepito: “¿Quién es tu madre?”; y Pepito responde: “La patria, inspector”. Y el inspector vuelve a preguntar: ¿Quién es tu padre?”; a lo que Pepito responde: “Fidel, inspector”. La tercera pregunta del inspector es: Y tu, ¿qué quieres ser, Pepito?” A lo que Pepito responde: “Yo quiero ser huérfano, inspector”.

Publicada en Prensa Libre el 19 de noviembre de 2006.

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  1. Cuando yo tenía 22 años estaba estudiando en un lugar que le decían la Casa de la Libertad. El nombre lo entendí cuando un año antes salí del país a un seminario de verano.Pasó un año y cuando mi alma matter cumplía tan sólo 35 años de éxitos y un inicio muy promisorio no me invitaron a la MPS.Pero, me fue mucho mejor. Fui voluntario. Qué mejor que ser voluntario en un evento como la MPS. Quizá en unos 20 años, si es que llego a ser invitado algún día podré recordar que la primera vez que estuve en la reunión que Hayek mismo creó yo era un voluntario anónimo en la reunión.Fantástico! Mis nietos sabrán que su abuelo conoció a esos nombres de museo con historiadores, economistas, premios nobel y grandes amigos de la Libertad.Quizá eso de ser indigente o voluntario nos hizo disfrutar más La Scala y la MPS. Porque tener el esmoquin todo el día nos hubiera causado cierta externalidad negativa causada por el calor que corría por nuestras venas ese mismo día en mundos distintos!